Un equipo multidisciplinar de investigadores desarrolla un programa informático para estudiar las propiedades musicales del flamenco y conocer su origen y su evolución
GUILLERMO PEDROSA | GRANADA
Los sonidos musicales son producidos por algunos procesos físicos que tienen un carácter periódico, una cuerda vibrando, el aire en el interior de un instrumento de viento... Aun siendo muy diferentes entre ellos, estos procesos pueden ser descritos con un mismo modelo matemático.
La disposición de notas, la armonía, el ritmo y el tiempo son valores esenciales para componer música y que, además, encuentran su sentido en el lenguaje de los números. Esta correlación ha hecho que ambas disciplinas estén estrechamente unidas desde hace siglos como paradigmas de lo abstracto.
José Miguel Díaz Báñez, matemático de la Universidad de Sevilla, ha aprovechado esta relación para unir dos de sus mayores aficiones, las ciencias exactas y el flamenco. «Usar el lenguaje matemático para analizar propiedades de la música no es algo novedoso, lo innovador es hacerlo con el cante flamenco, en el que no hay partituras», explica el experto.
Tradicionalmente, los flamencólogos no han seguido un entrenamiento académico estándar en musicología, lo que hace que las investigaciones relacionadas con este arte sean restringidas. El matemático subraya que «aunque se trata de una música muy caótica también tiene sus reglas, el cantaor sabe lo que tiene cantar, tiene sus notas y sus normas para que su voz entre con el ritmo, pero no sabe lo que está haciendo, lo hace de manera intuitiva.
Nosotros sí queremos saberlo por eso usamos las matemáticas».
Por amor al arte
Este proyecto ha recibido el nombre de COFLA (Análisis Computacional de Música Flamenca), y en él participan un grupo multidisciplinar de profesionales, informáticos, musicólogos, historiólogos del flamenco y matemáticos.
«Los que participamos en este trabajo lo hacemos por amor al arte, las subvenciones para el flamenco están destinadas a espectáculos y conciertos, no a la investigación».
El objetivo de este estudio es buscar patrones similares en los cantes, analizar características musicales del ritmo, tanto melódico como armónico, para poder hacer agrupaciones de las distintas modalidades de cante.
Todo ello para desarrollar un programa informático (que han creado junto con los investigadores del grupo de tecnología musical de la Pompeu Fabra de Barcelona), que incluya estas propiedades definitorias. «Esta herramienta puede ser muy útil para que los musicólogos estudien la evolución y el origen de estos cantes, de lo que se sabe muy poco, y para clasificar los estilos».
Con COFLA se pretende realizar una abstracción automática de las propiedades musicales del flamenco, de manera que al introducir una pista de audio en el ordenador, el software específico extraiga el contorno melódico, el patrón rítmico o las características fundamentales de la armonía, evitando manipular las canciones con la intervención humana.
Se trata, por tanto, de codificar el flamenco. Esta tarea es posible porque las composiciones musicales son un baile de geometría y simetría entre notas musicales, en las propiedades de los ritmos y en la distribución de las palmas.
El investigador destaca además que «este paquete informático puede tener muchas aplicaciones en el mercado como herramienta para analizar los audios del flamenco». En este sentido, existen muchos sistemas computacionales para otras músicas, destinados a detectar posibles plagios.
Los investigadores involucrados en este proyecto están desarrollando, además, un árbol filogenético para la evolución de los estilos del flamenco como si de una especie biológica se tratara.
Las matemáticas pueden servir para entender y conocer el secreto de una música de gran tradición oral como es este cante, y ver que hay detrás de esta caótica belleza.
La disposición de notas, la armonía, el ritmo y el tiempo son valores esenciales para componer música y que, además, encuentran su sentido en el lenguaje de los números. Esta correlación ha hecho que ambas disciplinas estén estrechamente unidas desde hace siglos como paradigmas de lo abstracto.
José Miguel Díaz Báñez, matemático de la Universidad de Sevilla, ha aprovechado esta relación para unir dos de sus mayores aficiones, las ciencias exactas y el flamenco. «Usar el lenguaje matemático para analizar propiedades de la música no es algo novedoso, lo innovador es hacerlo con el cante flamenco, en el que no hay partituras», explica el experto.
Tradicionalmente, los flamencólogos no han seguido un entrenamiento académico estándar en musicología, lo que hace que las investigaciones relacionadas con este arte sean restringidas. El matemático subraya que «aunque se trata de una música muy caótica también tiene sus reglas, el cantaor sabe lo que tiene cantar, tiene sus notas y sus normas para que su voz entre con el ritmo, pero no sabe lo que está haciendo, lo hace de manera intuitiva.
Nosotros sí queremos saberlo por eso usamos las matemáticas».
Por amor al arte
Este proyecto ha recibido el nombre de COFLA (Análisis Computacional de Música Flamenca), y en él participan un grupo multidisciplinar de profesionales, informáticos, musicólogos, historiólogos del flamenco y matemáticos.
«Los que participamos en este trabajo lo hacemos por amor al arte, las subvenciones para el flamenco están destinadas a espectáculos y conciertos, no a la investigación».
El objetivo de este estudio es buscar patrones similares en los cantes, analizar características musicales del ritmo, tanto melódico como armónico, para poder hacer agrupaciones de las distintas modalidades de cante.
Todo ello para desarrollar un programa informático (que han creado junto con los investigadores del grupo de tecnología musical de la Pompeu Fabra de Barcelona), que incluya estas propiedades definitorias. «Esta herramienta puede ser muy útil para que los musicólogos estudien la evolución y el origen de estos cantes, de lo que se sabe muy poco, y para clasificar los estilos».
Con COFLA se pretende realizar una abstracción automática de las propiedades musicales del flamenco, de manera que al introducir una pista de audio en el ordenador, el software específico extraiga el contorno melódico, el patrón rítmico o las características fundamentales de la armonía, evitando manipular las canciones con la intervención humana.
Se trata, por tanto, de codificar el flamenco. Esta tarea es posible porque las composiciones musicales son un baile de geometría y simetría entre notas musicales, en las propiedades de los ritmos y en la distribución de las palmas.
El investigador destaca además que «este paquete informático puede tener muchas aplicaciones en el mercado como herramienta para analizar los audios del flamenco». En este sentido, existen muchos sistemas computacionales para otras músicas, destinados a detectar posibles plagios.
Los investigadores involucrados en este proyecto están desarrollando, además, un árbol filogenético para la evolución de los estilos del flamenco como si de una especie biológica se tratara.
Las matemáticas pueden servir para entender y conocer el secreto de una música de gran tradición oral como es este cante, y ver que hay detrás de esta caótica belleza.
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